Ayer estuve en una de esas comidascelebracionesvarias a las que llegas a medio día y si te descuidas te vas a media noche. De las catorce personas que llegaron solo conocía a cuatro, a las demás no las había visto en mi vida...
Lo que me llama la atención de estas situaciones -y no es primera vez que me pasa- es que al rato uno (o yo) tiene la sensación de que a esa mayoría de desconocidos ya los conocía... La cosa no es que uno esté tan a gusto que se cree un ambiente de confianza y comodidad que haga que sientas que estás entre amigos, no -que también, pero no-, la cosa, o mi percepción, es que al final las personas no somos tan diferentes las unas de las otras, no hay tanta variedad de rasgos generales. Nuestros comportamientos, nuestra forma de hablar, nuestro sentido del humor, nuestros gustos, nuestras inquietudes, nuestra imagen... no son únicas e irrepetibles. Yo puedo ser muy distinta a ti, pero por ahí seguro que hay cientos de personas que a otras cientos de personas yo les resultaré parecida a esas otras ciento.
Yo ayer conocía a la inmensa minoría de invitados pero cuando llegué a mi casa tenía la sensación de que a ese, a esa, a esos ya les conocía de antes
...y no, verles no los había visto nunca....
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