Nos ha recibido con lluvia, una lluvia constante de cante monótono y relajante, sin estruendos, amable y envolvente, parece estar diciendo que nos vayamos preparando, que esto no ha hecho más que empezar.
Llegan tiempos de recogimiento, de días cortos, de luces carmín, de tonos tostados. De chaqueta y paraguas, de mantos de hojas y olor a mojado. De frutas del bosque y leña quemada...
Paisajes dorados y domingos de mantita, sofá y peli.
Qué apetecible... ¿o no?
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