Compré ciruelas amarillas en la frutería, al verlas me resultó irresistible llevarme un puñado a casa.
-"He comprado ciruelas amarillas"
-"Qué bien!"
No esperamos al postre, fue sacarlas de la bolsa, echarles un agüita y padentro.
-"Mmmm, saben a verano. Qué ricas verdad?"
-"Sí, estan riquísimas... sabenaverano".
Me replicó con algo de sorna en el tono. Seguramente a él las ciruelas amarillas le saben a eso, a ciruelas amarillas.
A mí, las ciruelas amarillas me saben a verano.
A verano de veraneo.