Páginas

29 de marzo de 2012

A Escondidas

Hoy los que hemos decidido ir a trabajar, y no porque aceptemos las reglas de este maldito juego, hemos tenido que hacerlo a escondidas, así tal cual como viles delincuentes. Persiana bajada, luces apagadas y calladitos.... que tremendo. 
Francamente estoy muy indignada, pero mucho. No entiendo que algunos crean que pueden transformar en obligación lo que para todos es un derecho.
Señores que estoy trabajando, no robando! Que a mí todo esto me afecta como a todos pero quiero y tengo que trabajar!
No soporto que me obliguen a nada, no soporto que me digan lo que tengo que hacer y no soporto que pretendan que me sienta mal por haber decidido  coger los guantes, la bata y ponerme a rascar un mueble en vez de una pancarta y ponerme a gritar. O lo que es peor, pintorrajear paredes, quemar contenederos o amedrentar al prójimo.
¿O es que haberme quedado en casa o cualquier otra alternativa menos ir a trabajar hubiera sido más correcta?
Al final tengo la sensación de que los unos y los otros juegan con las mismas armas...
¡El puto miedo! 

2 comentarios:

  1. Es indignante, por aquí en Madrid ha sido una jornada de lo más normal, algún exaltado cortando la carretera de la Coruña, ¡perdón!... informando a los vehículos, pero por lo demás todo normal, ya no se vive el miedo a los piquetes de otras huelgas.

    ResponderEliminar
  2. Tampoco yo soporto que me digan lo que tengo que hacer, y por eso estoy hasta las narices de los que PROHIBEN, que son toda esta clase política que nos ha tocado en suerte, sean de un partido o dean de otro, de una tendencia o de la contraria.
    Alguna vez ya lo he comentado, pero lo repito: hay un dicho que dice que cada pueblo tiene los políticos que se merece.
    Pues no me da la gana y ME SUBLEVO CONTRA ESA MÁXIMA, porque este pueblo, nuestro pueblo, no se merece esta BAZOFIA de clase política que tenemos, que sólo sabe sobornar, estafar, robar, defraudar,...

    ResponderEliminar