
Me quedé pensando en eso durante bastante rato, hasta que mis obligaciones hicieron que me centrase en ellas.
Pero lo retomo porque, casualmente, yo estoy en un punto de inflexión. Van a haber cambios, de hecho ya los hay y a mí me gustan muy poco los cambios.
Dicen que generalmente los cambios son para mejor, y doy fe de ello, sobre todo en lo de "generalmente".
A pesar de eso, no me gustan los cambios.
Pero bien, una vez asumido que va haber un cambio soy capaz de emocionarme y empezar a encontrar lo positivo, lo ilusionante. Más, si el cambio no implica una ruptura traumática si no, tan solo, una evolución.
Tan solo o tan mucho.
Hace ya un tiempo que me rondaba por la cabeza la idea de acabar con algo que empezaba a sentir que ya no era lo mismo, que se me estaba quedando pequeño, que yo quería algo más. A veces durante todo este proceso llegué a pensar que, en realidad, quizás no era que quería más, si no que ya no quería.
Finalmente la decisión la han tomado por mí. Y ahora, ahora que estaba convencida de que lo que quería era más, ahora que estaba ilusionada con el cambio, ahora va a ser que no va a ser. Que no va a poder ser.
Me siento igual que si me hubiera dejado el novio. Estoy triste y enfadada.
Y encima, van a haber cambios!
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