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15 de marzo de 2013

Del Odio al Amor

Casi me da un pasmo cuando nos llegó algo parecido a esto (me olvidé de hacer fotos del "antes" pero aún era más oscura) al taller...


Su dueña no sabía muy bien qué hacer con ella, si restaurarla y dejarla como el original, si renovarla pintándola o si devolverla a donde había venido. A éstas alturas de sus dudas yo aún no había visto la pieza; le propuse esperar a tomar una decisión cuando la tuviésemos entre manos.
La vi y fue odio a primera vista, pero le di (o me la di a mí) la oportunidad y, primero de reojo, me la volví a mirar.
Me propuse mirarla con cariño, mente en blanco... y la vi. 
Y empecé, a pintarla y a amarla...



Su dueña, también.


En blanco casi impoluto, solo unos leves desgastes en molduras y patas para darle profundidad.
Con presencia pero liviana, ahora brilla por ella misma.

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