Páginas

8 de diciembre de 2012

Con Los Cinco Sentidos

Llegan de sus trabajos. Muchos conscientes de que dadas las circunstancias deberían sentirse afortunados de tener uno, pero a veces eso no es suficiente para que lleguen contentos. 
Las relaciones humanas son complicadas, los humanos somos complicados y complicamos a nuestros semejantes. Que si mi jefe, que si mi compañero, que si mi cliente... Llegan a mi taller a aprender a restaurar sí, pero también llegan a restaurarse, a desconectar, a distraerse, a no pensar... a veces se da el suficiente margen de confianza para contar, para hablar de uno, del otro y del de más allá. Yo he aprendido a escuchar.
Por suerte mi cometido no es solucionarles los problemas. Se diría que mi cometido es enseñarles a restaurar. Pero me doy cuenta de que mi compromiso va un poco más allá de que aprendan a coger una muñeca y barnicen, o un papel de lija y pulan, o un pincel y pinten; trato de que disfruten de lo que están haciendo, que lo disfruten desde los cinco sentidos. Que huelan las ceras, que acaricien las superficies, que vean los matices, que escuchen la melodía del roce de la muñeca empapada en barniz, y que al final, les den ganas de comerse la pieza.
Me gustaría trasmitirles la sensación de plenitud que da amar lo que se está haciendo. Ese es el valor añadido que intento, casi sin esfuerzo, contagiarles.
Algunos me dicen que se nota que gozo con mi trabajo, yo les digo que me encanta. Me dicen que tengo suerte, les digo que ya lo sé.
Y sí, a pesar de acabar con polvo hasta las orejas, a pesar de que mi codo o mi muñeca hay días que me dicen que ja n'hi ha prou, que las cómodas cada día pesan más y que hay que dejarse la piel para sobrevivir. A pesar de todo eso y algunas cosas más, tengo mucha suerte.

1 comentario:

  1. Es cierto, yo sé que disfrutas con tu trabajo. Y eso es vital para contagiar a los demás.
    Tienes suerte y, además, lo sabes, lo cual es asimismo muy importante.
    Puedo decir de mí lo mismo: me encanta pensar, diseñar, trabajar la publicidad, aunque desgraciadamente hoy en día debería decirlo casi en pasado, porque hoy la publicidad es casi imposible gracias a los Bancos, a las Cajas y a todos los Gobiernos corruptos que hemos permitido nos gobernaran. Y, de momento, lo seguimos permitiendo, aunque algún día se ve una pequeñita luz (como la de la velita en el muelle del sofá que has creado) que anima a seguir denunciando a todos esos tramposos que se han cargado muchas esperanzas y muchos sueños, sobre todo, de las generaciones que suben.
    Sigo confiando en aquello de que la vida siempre acaba pasando factura: espero verlo!!!
    Tú, sigue con tu ilusión, y contágiala.

    ResponderEliminar