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13 de julio de 2011

El Huevo o La Gallina

No se si decidí estudiar antropología por que me interesa el comportamiento de los seres humanos o me interesa el comportamiento de los seres humanos porque estudié antropología, pero el caso es que me interesa el comportamiento de los seres humanos.
Hoy he ido a ver una "visita guiada" de una exposición en la que, como la expresión indica, los autores explicaban el porqué de sus obras ahí expuestas. Por supuesto antes de que empezaran con sus peroratas nos hemos tomado nuestro tiempo para contemplar las obras.
Contemplarlas y comentarlas...
No voy a entrar en si me gustaban o no, en si las entendía o no, en si me llegaban o no, en si soy o no capaz de apreciar el "arte"... Simplemente que mientras nos explicaban como habían llegado a colgar sus obras en esas cuatro paredes no he podido evitar prestar más atención en como me lo decían que en qué me decían. Mi mente se ha puesto a funcionar  a modo de aparato de radiografías con el que analizaba intuitivamente el trasfondo de sus palabras, de sus gestos, hasta de su atuendo, como si se trataran de individuos ajenos a nuestra común condición humana.
Poco, por no decir nada, me interesaba la gestación de la obra - salvo una excepción porque conozco y me interesa el artista- sin embargo estaba fascinada en como somos capaces de vender nuestro "producto", en este caso disfrazado de intelectualidad, pretendiendo combinar un aparente halo casual con una profundidad con acento de no gratuidad que esquiva lo obvio camuflándolo con falsa modestia.
En fin, me reconozco un punto de maldad y de escepticismo crítico y quizás poco justificado, pero creo que si con el arte se pretende dar la libertad para que cada uno interprete y sienta y vibre o no, tal vez hubiera sido más "humilde" obviar la plática de los artistas. Pero si, como es mi caso, nos interesa tanto o más como actuamos las personas que lo que hacemos, o lo que hacemos nos ayuda a comprender lo que somos, hoy he tenido una autentica clase práctica. Trabajo de campo...
Puede que otro día os hable de las reacciones del público, os aseguro que algunas no tenían desperdicio...

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