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11 de febrero de 2012

Me encanta La Playa En Invierno

...y la montaña en verano.
Propuse que si no llovía podíamos irnos a comer unas sardinitas a la playa. Y no sólo no llovió sino que lució el sol. Un sol de invierno a mediodía maravilloso. Comimos en la terraza y el café dentro, que ya empezaba a helar...
Volvimos paseando un buen rato. Entramos en una tienda bien bonita que vendía gorros, yo llevaba el mío puesto, con algo de vergüenza por que  siempre he pensado que los gorros me quedan muy mal. Pero el frío que está haciendo hace que se te olvide el sentido del ridículo. La señora que nos atendió nos dijo que ya quedaban pocos y que guantes ni uno, que si nos gustaban los gorros teníamos que ir en octubre. Yo le dije que a mí me gustaban mucho pero que me quedaban fatal. Ella, como buena comerciante, me dijo que estaba monísima con mi gorro, me lo hizo sacar y me lo volvió a poner. Yo creo que no había ninguna diferencia entre el antes y el después pero me volví a mirar al espejo y ya no me sentía tan mal. Salimos con un gorro nuevo, no para mí.
A la vuelta me acerqué a una zapatería que había visto el día anterior que tenían unas botas que podían substituir a mis queridas botas que ya estaban más que amortizadas y que necesitaban un relevo. Salí con botas nuevas, baratas (más baratas que el gorro!), chulas y calentitas.
Ya hace un buen rato que estoy en casa... con las botas nuevas puestas para irme haciendo con ellas y lo que son las cosas, no me he quitado el gorro!
Estoy empezando a achicharrarme. 

3 comentarios:

  1. Pues si que dan de si las sardinas! :))

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  2. El gato con botas ahora lleva gorro?
    Un consejo: si vas a la playa en invierno, hay que bañarse en el mar!!! Yo lo hago muchos domingos: primero camino o corro un poco por la orilla para coger calor y luego me zambullo en el mar... y está sensacional !!! Cuando salgo del agua creo que soy un superhombre y al llegar a casa me miro en el espejo, me quiero un poco, me alabo y me lanzo palabras poderosas, y me siento la mar (claro, cómo voy a sentirme sino la mar) de bien.
    Hoy tengo un día surrealista, así que ahora me voy a poner el gorro para escuchar música y después me iré a comer una paella la mar (claro, cómo no iba a ser otra vez la mar) de buena pero en Sarriá, no en el mar.

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  3. Borja, sí a veces sabemos cómo empiezan las cosas pero por suerte, muchas otras veces, no cómo acaban. Qué aburrido sería si no!

    Paco, menos mal que la paella será en tu pueblo y el mar no te queda tan cerca, que a pesar de que a ti te transformen esos baños invernales a mí me da pavor solo de pensarlo. Bon profit!

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