Se acaba de marchar mi amigo Daniel, el tiempo de una cervecita, de lata que dura más que un quinto, bueno él un té.

Entonces pensé en aquellas personas que cambian la hoja del calendario antes de que acabe el mes, porque haberlas haylas, y pensé que eso no era por que sí.
Cambiar la hoja del calendario después puede que sea un despiste o que lo miras poco... pero ¿cambiarla antes?.
No sé, creo que cambiar la hoja del calendario antes de que se acabe el mes es un síntoma de impaciencia algo enfermiza, como si con ese gesto quisiésemos que el tiempo pasara más rápido.
Y eso solo querríamos que pasase cuando no lo estamos disfrutando.
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