Páginas

2 de marzo de 2011

Deformación Profesional

Uno de mis primeros trabajos fue en una peluquería canina, de tanto perro que pasó por mis manos llegó un momento que iba por la calle y a todo can que pasaba cerca le lavaba, ponía suavizante y desenredaba el pelo con la imaginación. Ahora que restauro y recupero muebles me fascina recoger aquellos que otros tiran. Es como si tuviera un radar que me avisa cuando algo es susceptible de seguir alargándole la vida.... lavándolo, poniéndole "maquillaje" y rehaciendo los rotos....
Hoy, volviendo a casa, una aparentemente desechable mesita auxiliar me ha echado un silbidito cuando ya pasaba de largo, he dado marcha atrás y ahí que te voy cargada como una burra para mañana llevármela al taller y ofrecerle los cuidados que se merece.
Al llegar he coincidido en el ascensor con un vecino, anteponiéndome a la posibilidad de que no entendiera que hacía ésta con un mueble roñoso le comento "no es que sea una basurera, es que restauro muebles..." "ya, bueno, no pasa nada... es que la gente tira unas cosas...." Como he visto que el chico era receptivo me he lanzado incluso a explicarle cómo pretendía acabarla....
En fin! pasiones....

3 comentarios:

  1. No te imagino lavando perros... En cuanto a lo de recoger a mi también me pasa... Por ejemplo, cada vez que voy al punto limpio, siempre vuelvo con algo... Tengo un cuadro precioso de un bordado antiguo que vino precisamente de Barcelona.. Arrimado a un contenedor... Mi prole protesta, se mueren de vergüenza pero no me puedo resistir...

    ResponderEliminar
  2. No? pues estaba muy simpática con mi batita blanca... A mis hijos también les daba vergüenza, ahora les hace mucha gracia!

    ResponderEliminar
  3. Jaajaja Verguenza no es la palabra,,, Mi prole pasamuchísima verguenza conmigo...Pero va incluido en el pack de hijo creo...

    ResponderEliminar