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24 de agosto de 2011

Nuestro Talón De Aquiles

Cuenta la leyenda que cuando nació Aquiles su madre, Tetis, lo sumergió en el río Estigia sujetándolo por el talón derecho para hacerlo inmortal. Ese punto de su cuerpo fue la única zona que no alcanzó la invulnerabilidad.
Durante el asedio a la ciudad de Troya - principios del s XII a.c - Paris, hijo de los reyes de Troya, clavó a Aquiles una flecha envenenada en su talón derecho causándole la muerte.
ESTACIO, Publio Papinio - Aquileida- poema incompleto. s I.


Sí, queramos o no, lo demostremos o no, nos guste o no, todos somos Aquiles. Todos tenemos un punto débil, un riconcito en nuestra alma, o en nuestra conciencia que tratamos de no mostrar, de proteger porque sabemos que si es descubierto corremos el riesgo de que, como al guerrero, alguien nos clave esa flecha envenenada que nos dejará, si no muertos, indefensos y muy frágiles. 
Hay quienes saben donde apuntar y no pierden oportunidad de disparar a la que  se les brinda la ocasión. A veces lo acompañan con un "es broooma" pero ya lo han soltado, otras piden perdón -cuántas veces hay que perdonar?-. Sí, no dudo del arrepentimiento pero igual pensémoslo un poquito antes...
De pronto alguien da en el clavo sin mala intención, sin premeditación, simplemente pone voz a un pensamiento que uno se ha estado guardando para si no vaya a ser que exponiéndolo se haga realidad. O no, que si alguna vez se ha expuesto a sido con la pueril intención de escuchar del otro un "no pienses eso, tu no tienes la culpa"...
Ahí es cuando uno se pone realmente a prueba. No te puedes enfadar con el otro, lo que normalmente es la solución más fácil, así que toca apechugar. Aceptar la situación y reconocer que aunque hayan cosas que ya no se pueden cambiar, el otro tiene toda la razón. 
No somos perfectos....


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