Hace años uno de mis hijos mientras dábamos un paseo me pedía insistentemente que le comprase no recuerdo ahora qué chuche. Ante tanta insistencia me pareció que lo más rotundo sería decirle:
Mi hijo no le dio ninguna importancia a ese detalle y su solución fue tan fácil como sugerirme:
-"Mamá, pues compra!"
Sería estupendo no? El problema es que no se me ocurre con qué!
Hay que volver al trueque¡¡
ResponderEliminarHola Tribeca, bienvenida! Sí, el trueque es una buena opción, se lo propondré a mi casero... ;-)
ResponderEliminar