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6 de abril de 2011

Me repatea el Hígado

Paseaba con un amigo por el centro de Barcelona, concretamente por el Passeig de Gràcia, famoso por sus motivos modernistas y por sus carisísimos comercios...
Por ahí íbamos los dos tan ricamente, charlando y contemplando el panorama, y en éstas que decidimos entrar en una de las tiendas. Alguien le había dicho a mi acompañante que la acababan de remodelar, que tenía un bar dentro, que esa noche iban a hacer la presentación con efectos audiovisuales y toda la pesca....
Pues ahí que vamos los dos a mirar esas prendas que valensupesoenoro... con plena conciencia de dónde nos estábamos metiendo. Con conciencia y algo de sorna, todo hay que decirlo....
"Espera", le digo, "deja que me ponga las gafas que no quiero perderme el precio que tienen marcadas"...
Si antes me pongo los anteojos, antes me coge el patatús. Levantamos una sandalias tipo chanclas de esas de meter el dedo que ahora también llevan los hombres en verano. Sí, las clásicas chancletas de todalavida y con gafas y todo he tenido que mirar dos veces la etiqueta. No daba crédito, las superfantásticas sandalias estaban marcadas con una superfantástica etiqueta al superfantástico precio de trescientos eurazos!
Dos trozos de cuero (eso sí era piel y como decían en mi casa cuando era niña de pieldeculodeindio* debían den ser) cosidos el uno al otro, o sea suela y lodearriba, al módico precio de ciento cincuenta euros. Es decir dos suelas y dos lodearriba, trescientos!
Bueno ni os cuento lo que costaban unas de mujer que, por lo menos, tenían taconazo!

*No se que tendrán que ver los indios con todo esto, ni creo que mi familia lo sepa tampoco, reconozco que en casa usan expresiones muy raras y ésta, además, políticamente incorrecta....pero ya sabemos que de lo que se come se cría.

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