Hay quien se la pasa hablando de l@s demás en lugar de hacerlo de un@ mism@... seguramente requiere menos esfuerzo.También hay quienes acostumbran a darse por aludid@s.... se hable o no de ell@s.
...y Están los que Son!
Hay días en que mi cerebro parece que fuese un colador, por algún motivo deja de retener ciertos pensamientos o recuerdos y deja que se fuguen por los orificios destinados a ese fin. Dependiendo del momento y de su capricho y supongo que también de la cantidad de pensamientos inútiles acumulados, el flujo al exterior es más o menos intenso.
Hay que intentarlo y si sale mal volver a empezar modificando las variables... tomando otro camino de partida y...
Me gusta la gente que sabe reconocer sus errores y sus limitaciones. Hay personas que a pesar de saber que se han equivocado se mantienen en sus trece y son incapaces de dar su brazo a torcer, no por convicción si no por una enmascarada inseguridad y un exceso de orgullo...
Lo curioso además es que aquí no se trata de quién se merece más o menos esta actitud, el otro no tiene ninguna responsabilidad al respecto, ni en positivo ni en negativo... Por supuesto no hablo de buenas o malas personas, la mala gente es mala gente y punto. Me refiero a personas """corrientes""" que en un momento de la vida se te cruzan para quedarse o no...
He de reconocer que me va la marcha, me gusta trabajar con presión. Recuerdo que cuando era casi niña para ganarme unas pelillas de entonces trabajaba por temporadas en una tienda de regalos. En la campaña de Navidad era la bomba! 
Esto de tener hijos adolescentes hace que de alguna manera uno mismo vuelva a serlo. Te hace recordar y revivir cómo enfrentabas la vida en ese momento y cómo eran de insalvables algunos problemas. Uno trata de aconsejarles desde la experiencia y aunque, en el mejor de los casos, te escuchen... no queda otra, tienen que vivirlos... y de paso volver a vivirlos uno.
Algunas de mis reflexiones no son más que un humilde intento de entender y aunque mi fuente de inspiración sea, obviamente, las personas que se van cruzando en mi camino, no necesariamente he vivido en primera persona todas las situaciones que describo.
Todos hemos tenido vergüenza alguna vez. En algún momento nos ha tocado enfrentarnos a situaciones que creemos imposibles de sobrellevar.
Imaginemos que nuestro cerebro es como un mueble archivador con muchos cajones y que nuestros pensamientos son todos esos papeles que andan dando vueltas sobre la mesa. Con suerte, apilados unos encima de otros y lo que es peor, mezclados sin ton ni son en función de cómo los hemos ido soltando.