Páginas

1 de septiembre de 2010

Cada Cosa en Su Lugar

Imaginemos que nuestro cerebro es como un mueble archivador con muchos cajones y que nuestros pensamientos son todos esos papeles que andan dando vueltas sobre la mesa. Con suerte, apilados unos encima de otros y lo que es peor, mezclados sin ton ni son en función de cómo los hemos ido soltando.
Un día decidimos ordenarlos. Clasificamos cada documento junto a su semejante en su correspondiente cajón de manera que la búsqueda de uno no implique la pérdida de otro y lo que es aún mejor, no implique la pérdida de tiempo.
Así, además, facilitamos que aunque en algún momento descuidemos uno de los cajones, no afecte a la efectividad de los otros e incluso podremos permitirnos el lujo de reordenarlo cuando tengamos el tiempo y las energías para hacerlo.
Pero eso sí, es fundamental que cada cierto tiempo revisemos el contenido y tiremos a la basura aquello que ya no vayamos a necesitar...
Que todo tiene un límite!

No hay comentarios:

Publicar un comentario