Este mediodía al regresar al trabajo después de comer he presenciado una escena que casi había olvidado:
Mi sofá, mis hijos (que de "chicos" ya sólo les queda el género), pies de uno con cabeza de otro. Plácidamente dormidos. Y, entre los dos, tipo sandwich, mi gato. Frito también...
Angelitos! Me los hubiera comido a besos...
Qué monos... Yo ahora estoy en la fase que lamento no habermelos comido en su momento!
ResponderEliminarUn abrazo
Pues con la cantidad que tienes casi mejor... Menudo empacho! :-), pero sí, es que el tiempo pasa demasiado(?) rápido.
ResponderEliminarque gusto......
ResponderEliminaraun no he vivido yo ese momento de paz! :))
Todo llegará, tus niñ@s aún son chic@s... y seguro que verles dormir es otro gustazo!
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