
Hace unos años cada mañana al acompañar a mis hijos a la ruta escolar me cruzaba con una mujer; su aspecto, su forma de caminar, no se algo en ella me llamaba la atención y me preguntaba quién sería, a dónde iría, a qué se dedicaba... me inventé su vida. Después no volví a verla, mis hijos ya no necesitaron que les acompañase y dejé de recorrer ese trayecto.
Hace unas semanas fui al médico, como es habitual cuando llegó mi turno salió a la sala de espera una enfermera y me hizo pasar a la consulta... Y ahí estaba ella... "Vaya" me dije, "que casualidad... es médico!"
Después de saludarnos le comenté que le conocía... Pues resulta que ella también a mí y que en nuestros fugaces, silenciosos, matutinos y cotidianos encuentros de una época, ella se había estado haciendo las mismas preguntas hacía mi y al verme pensó "Mírala!"...
La habitualmente inhóspita visita al médico se convirtió en un agradable trámite... se produjo cierta familiaridad en el trato...
Curioso y pelín mágico, no?
La habitualmente inhóspita visita al médico se convirtió en un agradable trámite... se produjo cierta familiaridad en el trato...
Curioso y pelín mágico, no?
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