No es lo mismo separar que romper. Cuando algo se separa siempre cabe la posibilidad de volver a unirlo. Cuando algo se rompe...todo se complica y más si quedan astillas. Encajar todos esos fragmentos es una labor muy complicada y casi nunca queda bien.
Otra semi solución es cortar, injertar y volver a pegar. Pero no hay nada que garantice su resistencia.
La otra es volver a hacer de nuevo el trozo en cuestión.
En cualquier caso siempre que se rompe algo el trabajo que supone recomponerlo es muy arduo y con poca garantía de durabilidad para su uso. Lo malo es que a veces uno se da cuenta de que no valía la pena hasta que se ha dejado los cuernos y el alma en el camino y ha servido de poco o nada.
Con las personas pasa lo mismo...
Hablemos de muebles o del personal...Producto astillado a la hoguera de San Juan! Los muebles nuevos, nena, también tienen su qué.
ResponderEliminar(Bienvenida al mundo blogger)
Sí a veces me olvido que sólo soy restauradora y que de momento milagros no hago! Pero ya sabes como es la cosa...
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