Básicamente hay dos maneras de apretar el tubo de la pasta de dientes. Una es desde el final para que vaya saliendo progresivamente hasta que se acabe y la otra es desde la parte más cercana a la salida cosa que facilita la inmediatez. Me resulta curioso pensar que esto podría ser un símil cotidiano de muchas otras maneras de enfrentar nuestro día a día...
Apretar el tubo desde abajo hace que la pasta vaya subiendo de manera más o menos uniforme y que el propio contenedor se vaya amoldando a la par del contenido. Siguiendo su camino pasito a pasito...Cuando lo hacemos desde arriba, el tubo se aplasta prematuramente. Sí, la pasta sale de una vez a borbotones, casi en exceso y con poco esfuerzo. El tema es que la próxima vez que quieras darle uso deberás enderezar el recipiente para que toda la pasta que ha quedado en él consiga llegar de nuevo al orificio de salida y puedas volver a utilizarlo.
Al final mi conclusión es que hay que aprender a dosificar, tener paciencia y tratar de hacer las cosas siguiendo un orden.
Dicen que siempre queda un poquito de pasta en el tubo, que es cosa de insistir...
Me encanta tu reflexión. Estoy de acuerdo contigo Helena. Es como el taichi: hay que tener paciencia, ser humilde y perfeccionarse siempre, hasta que te haces fuerte y un buen día te das cuenta de que te sale más o menos bien. Yo con el taichi he aprendido mucho, llevo dos años practicandolo y lo que me queda por aprender...
ResponderEliminarSeamos pacientes y abramos la mente.
Un saludito.
Perseverancia!...
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