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14 de octubre de 2010

Pequeños Placeres IX

Llegas a casa después de tu día de trabajo...
Cambias el calzado y la ropa por tus zapatillas y el pijama o equivalente... 
Cómodo muy cómodo...
De pronto con estos dos sencillos gestos rozas las puertas de la felicidad.
Ay que gustito... 

No se por qué pero tengo la sensación de que mi alma 
también va más ligera en pantuflas!

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