En casa siempre se jugó al Dominó. De niña observaba a mis padres jugar contra otra pareja, bueno de hecho mis padres no eran pareja en el juego. Por supuesto a mi no me daban pelota.
...Me doblo! A pitos! Cierro!

Cuando no tenían ficha para tirar golpeaban con cualquier otra sobre el tablero: clic clic!, eso indicaba que pasaban y le tocaba turno al siguiente del círculo. Que fascinante...
Mi hermana ha seguido con la tradición y es muy habitual llegar a su casa y después de una opípara cena echarte unas partidítas.
Ahora ya me dejan participar, incluso me lo proponen!
Será la suerte del novato pero la otra noche dejamos caputs a nuestros contrincantes.
Sea lo que sea, puestos a jugar mejor ganar!
me ha encantado que me descubrieras tu blog, es muy interesante, ya iré con calma analizando tus entradas, siempre necesito ideas! ;)
ResponderEliminarGracias! ya ves que te descubrí y te sigo ¿Casualidad?
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