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29 de julio de 2010

Las Cosas se les Rompen a Quienes las Usan

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Una vez alguien me dijo esto en relación a un electrodoméstico: "Vaya! se me rompió el aspirador". Bueno el artefacto tenía que romperse algún día, se le había dado mucho trote y claro se fue a romper en manos de quien lo usaba habitualmente.
Uno podría aplicarse este mismo cuento a sus "aparatos" emocionales.
A quien no se le haya roto nunca el corazón, la ilusión, el alma...
Es que no tiene o que no lo usa!

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